Con los últimos hilos de cigarro de mi boca, vi tu partida final
con algunos nudos en la garganta y mil ideas que tenia ganas de lanzarte
entre regresa y solo necesito tiempo.
Mejor guardé cada una de las palabras
hasta que me secaron el corazón y lo dejaron hecho pasita
y me quedé ahí parada, con vergüenza y con miedo
si entraba a la casa sola, todo se volvería realidad.
Cualquier movimiento indicaba un nuevo comienzo,
una nueva etapa, y dolía.
Me dolía en la garganta, me dolía en el pecho, en el corazón, en los ojos y la cabeza.
Todo ese dolor, toda esa resequedad me quitó las energías
y ni así pude dormir, y aun sin dormir creía que era un sueño
y aun sin dormir quería despertar.
lunes, 8 de diciembre de 2008
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